Leí El túnel de Ernesto Sábato hace unos 30 años. Una novela tremenda y tremendista de la que recuerdo poco, salvo que en aquel entonces significó mirarse en un espejo de horror existencial. Este collage es una versión de Ícaro, figura mitológica que me atrae por su rebeldía y ese “¡chingue a su madre, me iré volando hasta el sol…!”
Mientras armaba el collage que originalmente incluía la palabra “caos” como parte del diseño, evoqué la citada novela de Sábato y una frase que creí perteneciente a ese libro. Pero al investigar un poco resultó que es de otra novela que leí también por aquellos años, Primavera con una esquina rota, de Mario Benedetti. La memoria nos juega bromas pasadas, pero he aquí la cita que de cierta manera explica este collage: “Creo que todos, los que estamos aquí y los que están en tantas otras partes, vivimos un desajuste. Unos más, otros menos, hacemos el esfuerzo por organizarnos, por empezar de nuevo, por poner un poco de orden en nuestros sentimientos, en nuestras relaciones, en nuestras nostalgias. Pero no bien nos descuidamos, reaparece el caos. Y cada recaída en el caos (perdoná la redundancia) es más caótica.” Y como Ícaro, caemos redonditos y orgullosos, como dice una canción de Ian McCulloch.