En la casa sin cerraduras del infinito, doncellas y mancebos se petrifican apenas responden al siseo de la de cabellera de serpientes. En esta casa “del tamaño del mundo” la carne humana se dora al sol para ser devorada en madrugadas sin luna. Pero ¿quién devorará a los héroes? El redentor de Asterión deshilvanó el hilo de Ariadna sin saber que, al final del laberinto, la Medusa de bellas mejillas llevaba 14 noches sin poder dormir… En la casa sin cerraduras del infinito, el minotauro mira sin parpadear los ojos de su amada.

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Este collage, titulado “Medusa Minotauro Medusa”, comenzó como parte de las distintas imágenes que he creado a partir de la figura del Minotauro. Pero esta vez quise mezclarla con otra criatura que me fascina casi por igual: Medusa. Para el texto releí el cuento de Jorge Luis Borges, La casa de Asterión, que me llevó a imaginar esa habitación sin cerraduras que es el infinito. Los “monstruos” se rebelan contra los dioses (y, por ende, contra lo humano) en nombre del amor, sí, pero sobre todo por su libertad.