La serie francesa La Mante, en la que una asesina copycat castra y decapita a sus víctimas, me recordó un cuento que escribí por ahí de 1994 titulado “El rito de la mantis”. En el relato, situado en la colonia Roma de la CDMX, una serial killer castraba a sus víctimas de una mordida como un modo de venganza… A partir de ese recuerdo, hice un collage que no terminó de convencerme y realicé este para imaginar lo siguiente: una trabajadora sexual transmite crías de mantis con sus besos mortíferos a quienes así lo merecen. Los órganos vitales son un buen alimento.